“El apellido Schumacher no genera presión, sino orgullo”
Mick Schumacher, en la presentación del Haas VF21: “Me voy a vaciar aquí”. “Con el hambre de Nikita (Mazepin) y yo impulsaremos al equipo”.
Mick Schumacher irradia emoción ante su debut como piloto esta temporada. Poco importa que el Haas apunte a farolillo rojo de la parrilla con un monoplaza que no va a ser desarrollado durante el año, o que se hable más de ellos por la enorme bandera rusa del VF21 y las polémicas de Nikita Mazepin que por las carreras, como tal. Pero el alemán de 21 años, hijo del siete veces campeón, celebra todo lo que le sucede antes de estrenarse oficialmente en el Gran Circo.
¿Objetivos? “Rendir al máximo posible, en cualquier situación, y aprovechar cada oportunidad para aprender, sumar puntos o lo que se pueda”, expone. Su lenguaje no admite salidas de tono, aunque se le escapó una: “Voy a trabajar al máximo, me voy a vaciar aquí (en inglés utilizó la expresión “romper el culo”). Conforme avance la temporada, me adaptaré a todo lo que venga. He tenido muchas reuniones con el equipo y me siento muy cómodo”.
“Llevar el apellido Schumacher es un orgullo, no una presión”
Cuenta que de su padre aprendió a “formar un vínculo muy fuerte con el equipo y a ser muy fuerte psicológicamente en los momentos clave”. “Llevar el apellido Schumacher no me genera presión, sino orgullo”, subraya. Mantendrá el apoyo de Ferrari durante la temporada como piloto de su academia y también dispondrá del consejo de Jock Clear, quien fue ingeniero de Michael y ahora es uno de los asesores de pilotos en la Scuderia: “Hablamos mucho, nos conocemos desde 2014. Aprendí mucho con él y estoy deseando trabajar con él esta temporada”.
A su lado, otro rookie, Mazepin, irreverente dentro y fuera de la pista. “Yo veo mi hambre ante esta temporada y estoy seguro de que Nikita está viviendo lo mismo. El equipo avanzará con las ganas que mostramos los dos”, sostiene Mick. Dos debutantes no parecen la mejor receta para levantar los ánimos de Haas, aunque si el ruso trae una inyección económica y el alemán, otros tantos patrocinadores más el visto bueno de Ferrari… a falta de pan, buenas son tortas.
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