Victoria inapelable, liderando de principio a fin, de Marc Márquez en su jardín de Texas, en su feudo, porque él y no otro es el sheriff de Austin. La bonita gorra que se trajo el ilerdense a este GP de Las Américas ya no le valdrá para el próximo año, porque la de esta edición lucía seis estrellas, una por cada victoria conquistada de 2013 a 2018, y ahora son ya siete estrellas las que debe lucir.
El ilerdense ha rematado en el circuito de COTA un fantástico triplete español, precedido por los triunfos de IZAN GUEVARA en MOTO3 y Raúl Fernandez en MOTO2 se ha reencontrado casi cuatro meses después con la senda de la victoria, porque no ganaba desde el GP de Alemania. Lo ha hecho con paliza sobre la competencia, con cuatro segundos y medio de ventaja sobre el primero de sus adversarios, un Fabio Quartararo que sale un poco más líder de MotoGP, ahora con 52 puntos sobre un Francesco Baganaia que ha sido tercero y que verá como en Misano el francés dispondrá de su primera bola de título. Al de Yamaha le vale con acabar por delante del de Ducati para ser campeón en el Marco Simoncelli, algo que no será fácil porque allí ganó el de Turín hace dos semanas.
Volviendo a Márquez, que ya tiene tantas poles como victorias en esta pista, se acordó de uno de los héroes locales en la vuelta de honor, el añorado Nicky Hayden, paseando la bandera estadounidense con el dorsal 69, el del campeón de 2006. Y al llegar a pie de podio, llamada telefónica con su jefe, Alberto Puig, que no ha viajado hasta Austin, para luego comerse un donuts en el podio tal como le había prometido, si ganaba, antes de que arrancara el GP al piloto de motocross Jett Lawrence.
En cuanto a la carrera en sí, tuvo muy poca historia, porque el ocho veces campeón, que partía tercero, se puso primero desde la primera curva. Le ayudó a iniciar la escapada que Martín incordiara durante un instante a Quartararo, concretamente en la vuelta cinco, y a eso le sucedieron dos vueltas rápidas consecutivas de Marc para ampliar su ventaja por encima del segundo y estirarla al final hasta los cuatro y medio. Entraba dentro de lo probable este triufo y ahora que ha acabado la prueba se me vienen a la cabeza las palabras de Paolo Simoncelli, el papá de SuperSic, a primera hora de la mañana en la sala de prensa: “Aquí gana Márquez, seguro. ¿Por qué? Porque es el más fuerte?”. Vaya si lo fue. Aquí, y pese a tanto bache, el brazo derecho aún tocado no ha sido un problema para él, pero podría volver a serlo en Misano 2.
Por detrás, el que más protagonismo tuvo fue Miller. El australiano demostró en los libres tener mejor ritmo que nadie, pero se clasificó décimo para la parrilla por problemas con el neumático trasero en dos ocasiones. Ya en carrera, llegó a soñar con la tercera plaza, pero al final optó por dejar pasar a Baganaia, para que perdiera los menos puntos posibles respecto a Quartararo. Y en la última vuelta recibió un toque de Mir al que, aunque le pidió perdón muy expresivamente, juntando sus manos, le echó la bronca señalándole con el dedo y mostrando su furia. El panel de comisarios le dio luego la razón, porque recolocó a Mir en la octava plaza y a Miller séptimo, por detrás de Bastianini.
El que tampoco puso oposicón a Bagnaia para que llegara al tercer peldaño del podio fue Martín, que además sufrió una vuelta larga de penalización por acortar las curvas 4 y 5. Eso le llevó a perder también al final la cuarta plaza en favor de Rins. Pol terminó 10º, Álex Márquez 12º, Rossi 15º y Lecuona 16º. Aprilia no acabó por caída, la quinta del fin de semana para él, del fin de semana del retorno de Marc Márquez a lo más alto del podio. Se queda con 84 triunfos a seis de los 90 de Ángel Nieto. Llegará al Maestro, seguro.
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