Jeddah Corniche es un circuito velocísimo que no perdona errores. En la noche del viernes se conocía la advertencia, pero no había evidencias. Hasta que Leclerc estrelló su Ferrari, pasado de frenada, en la curva 23 de este sinuoso pero rectilíneo trazado. Según las primeras estimaciones, el choque con las protecciones rondó los 200 kilómetros por hora, apenas había unos metros de escapatoria para detener un monoplaza lanzado y con los neumáticos bloqueados. El piloto no sufrió daños aparentes, aunque se marchó en el coche médico. El SF21 se destrozó y el toque de atención es importante: cualquier accidente en el GP de Arabia Saudí será duro y los comisarios deben estar avispados para que quienes lleguen por detrás tengan tiempo para levantar.

El golpe de Charles fue un jarro de agua fría después de una jornada muy limpia, sin apenas incidencias ni banderas amarillas, ni mucho menos rojas, al menos en la F1. La impresión de los pilotos parecía buena, el circuito es muy exigente y se promedian 250 kilómetros por hora en la vuelta completa, con apenas seis frenadas y el 80% del tiempo con el pie a fondo. Técnicamente, el principal desafío no está en la potencia del motor, que también, sino en la regeneración de energía (o deployment, que dicen los ingenieros) de la unidad de potencia en cada vuelta. Como apenas hay descansos, frenadas, los propulsores más eficientes tendrán un extra aquí. Y en ese apartado Honda no tiene nada de lo que avergonzarse en comparación con Mercedes.

Ligera ventaja de Hamilton sobre Verstappen

Hamilton fue el más rápido, pero la ventaja de dos décimas sobre Verstappen parece insuficiente. El neerlandés no destacó con el neumático más blando, apenas mejoró en comparación con las vueltas previas que dio utilizando otros compuestos más duros. De hecho, por la mañana, su registro con el blanco de Pirelli estaba a la altura de las mejores vueltas de Mercedes. Al final fue cuarto, se colaron por delante Bottas y Gasly a menos de una décima del campeón. No sorprende el finlandés y tampoco el francés, que suele acercarse al top-5 en la parrilla. Las diferencias son pequeñas porque en este circuito apenas hay ocasiones para marcarlas.

Con el quinto mejor tiempo, Fernando Alonso sigue donde lo dejó en Qatar y Alpine, también. El asturiano cazó un buen rebufo en la recta, de Mick Schumacher, pero eso no quita que en el resto de sectores también anduviera más rápido que Ferrari o McLaren, rivales muy superiores, en teoría. Ocon, su compañero, fue sexto a poco más de una décima. El podio es impensable este fin de semana, aunque los ánimos delante están caldeados con un título en juego y conviene acercarse a los puestos de honor más que nunca, por lo que pueda pasar. No está lejos Sainz, séptimo, y claramente más contento que su vecino de garaje.