Un error en el peor momento
Verstappen tira una pole segura en la última curva y saldrá tercero, detrás de Hamilton y Bottas.
F1/JESUS BALSEIRO
Era la vuelta soñada en la pole perfecta. Cruzado, a lo Márquez, pero en su caso con una bestia de 1.000 CV: récord del primer sector. Comiéndose el piano, rebañando el fondo plano del Red Bull: récord del segundo sector con dos décimas de ventaja sobre Hamilton. Desde ahí hasta la meta, cuando todos habían completado su intento, a Verstappen le faltaba una aceleración frente a la cornisa de Yeda aparentemente sencilla y la frenada de la última curva, más cerrada. No tenía que hacer diferencias, no era necesario, pero el neerlandés retrasó tanto la frenada que bloqueó el neumático delantero izquierdo y tocó los muros de salida. La pole era suya ante su primera bola de campeonato en la Fórmula 1. La hubiera defendido con el saque, y ahora la tiene que defender con el resto, porque Hamilton partirá primero en Arabia y Bottas bloqueó la primera línea.
El error es difícil de perdonar. Se le perdonará si es campeón. Max ya pecó de aguerrido en Silverstone, porque si hubiera levantado ante Hamilton hoy tendría 18 puntos más en el casillero. Pero eso, entonces, no se sabía. Este sábado sí sabía cuál era su ventaja en la vuelta, la pantalla del volante se la dicta, y sí conocía el valor de una pole en Jeddah Corniche: es muy difícil adelantar y un triunfo en el gran premio saudí, aunque no sea definitivo, le permitiría ser campeón en Abu Dhabi sin necesidad de ganar la carrera, haga lo que haga Lewis. El siete veces campeón inglés se aprovechó con una vuelta por el sitio que aventajó a Valtteri en 0.111 segundos. Verstappen, por su parte, quedó tercero con su intento anterior y le acompañará en la segunda fila el Ferrari de Charles Leclerc. Checo y Gasly, tras ellos.
No fue un día bonito para los españoles, ni mucho menos. Ambos se quedaron fuera en la Q2. Se esperaba por parte de Alonso, visto lo visto en las horas previas, pero con Sainz. El asturiano fue decimotercero, Ocon si entró en el top-10 (también Giovinazzi en su penúltima carrera como piloto de F1), y se refirió a problemas en el ‘set-up’ del Alpine que requieren de una explicación porque la comparación entre los dos coches del equipo arroja datos incoherentes. En un circuito en el que se puede adelantar, pero no mucho, el 13º es un problema.
En cuanto al madrileño, su Q1 fue ilusionante porque llegó a liderar y fue cuarto, con margen de sobra y sensaciones inmejorables. Por eso choca una Q2 insuficiente: tres intentos sin tiempo. En el primero, limites de pista en la curva cuatro. En el segundo salvó un accidente casi seguro contra las protecciones al controlar un Ferrari desbocado en medio trompo, pero tocó un muro y dañó el alerón trasero. En el tercero y definitivo, sin margen de error, se encontró un SF21 difícil de conducir porque la aerodinámica acusaba los rasguños. Cometió un error en el primer sector que le condujo, primero a la escapatoria, y después al 15º de la parrilla de Arabia. Un puesto más doloroso, si cabe viendo el cuarto de un Leclerc que había estado detrás todo el fin de semana.
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