Pole de Leclerc en casa de la Scuderia por delante de Verstappen y Sainz, dos penalizados. Alonso no marcó tiempo en la Q3.
Ruge la grada rossa, Charles Leclerc sale desde la pole en el GP de Italia y Ferrari sueña en grande, porque las sanciones en parrilla de los dos Red Bull más Hamilton al menos les permitirán iniciar la carrera sin sobresaltos y aspirar a esa victoria que salva la temporada y hace olvidar todas las cosas que hayan salido mal en 2022, que no son una ni dos. También voló Carlos Sainz, de hecho era el más rápido en la pista hasta el intento definitivo, pero salió sin rebufo al desenlace de la Q3 y acabó tercero en la tabla de tiempos. Sirve de poco, saldrá 18º por el cambio de motor. En cualquier caso, las sensaciones están ahí y la remontada luce mejor delante de unos tifosi entregados a la religión del Cavallino Rampante.
La amenaza la personifica Verstappen, a solo décima y media del F1-75 en el teórico punto débil de Red Bull, la clasificación, si es que se le puede llamar así al detalle menos bueno de un monoplaza superlativo. El ritmo de carrera de Max fue superior el viernes y sus cinco puestos de castigo (que van a ser menos en realidad) serán un mero trámite para luchar por la victoria. Tras el monegasco, descontando a los castigados y demás pilotos con asterisco en una parrilla casi ininteligible, partirán Russell, Norris y Ricciardo.
Esos puestos de privilegio pudieron ser para Alonso, quien podía haberse beneficiado de las sanciones, pero no marcó tiempo en la Q3 porque abortó la primera vuelta tras un leve error y le eliminaron la segunda por excederse en los límites de la pista. Sale séptimo, pero tiene delante a un Mercedes de otra liga, dos McLaren razonablemente competitivos y un Alpha Tauri que simplemente no debía estar ahí. El asturiano aspiraba a la segunda fila, no fue posible. No era el día.
De Vries, ‘rookie’ en el top-10
Mención aparte merece uno de los héroes sin capa de la jornada, Nyck de Vries, holandés de 27 años que por la mañana se enteró de que pilotaría el Williams por apendicitis de Albon. Tuvo doble suerte, porque casualmente el reserva de Mercedes y excampeón de la Fórmula E había completado los primeros entrenamientos de Italia con Aston Martin. Pero vio, salió y cumplió: clasificó 13º, dentro de la Q2; mejoró a su compañero, Latifi, con apenas una hora de experiencia en el FW44, y evidenció que los pilotos de pago cada vez tienen menos sitio en esta Fórmula 1. Tendrá premio, saldrá desde el top-10 gracias al baile de penalizaciones. Y tiene la oportunidad de su vida para ganarse un volante de 2023.
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