Diferencias ínfimas, de pocas milésimas, en una vuelta de casi dos minutos y con una pista que cambiaba a cada vuelta, porque conforme se secaba una mancha de agua las décimas brotaban del asfalto. La clasificación del GP de Singapur fue espectacular, muy disputada, porque además de los habituales protagonistas se colaron secundarios de lujo como Hamilton o Alonso, alternándose en la primera posición de un circuito que invita al show. La Q1 y la Q2 con neumáticos intermedios, la Q3 con los Pirelli blandos. Lo más sorprendente es que ningún piloto se accidentó, aunque varios fueran capaces de rozar los muros y salir airosos. Pero esto no es un show, es un deporte, y el mejor este sábado fue Charles Leclerc.
La pole del monegasco no fue una sorpresa, parecía el favorito en cada intento limpio, aunque luego se encontró con más oposición de la esperada además de las recurrentes dudas de Ferrari a la hora de montar uno u otro compuesto. Al final no importó, el algodón no engaña. En agua, la confianza se premia. Charles aventajó a un enorme Pérez en 22 milésimas y al renacido Hamilton con 54 milésimas. Lástima que se cayera del top-3 a última hora Carlos Sainz, cuarto a 0.171. El hueco es pequeño, pero hay dos coches entre los dos Ferrari y eso complica las posibilidades de victoria el domingo, que siempre las hay.
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