Mientras el autódromo porteño es el que más historia carga en sus calles será apenas la 2da vez que decida a los candidatos al título de TC
Desde la institución de la Copa de Oro como sistema de definición de los campeonatos de Turismo Carretera, en 2008, solo una vez el «Oscar y Juan Gálvez» fue el centro de atención en el punto intermedio de la temporada. Sucedió en 2009, cuando la Etapa Regular del campeonato se definió en Buenos Aires con una victoria de Emanuel Moriatis (Ford) que le llevó al play off.
En septiembre de aquél año se definió el ingreso a la 2da Copa de Oro de la historia del TC. De hecho, por motivos prácticos de la incorporación de la medida un año antes, sería la primera vez que desde el comienzo de la temporada deportiva todos los pilotos sabían de qué se trataban las reglas de Etapa Regular y Copa de Oro.
Moriatis se impuso bajo la lluvia con el coche del Lincoln Sport Group y con ello accedió a la instancia definitoria. Resulta jocoso el recuerdo de que por la intensa lluvia no alcanzó Moriatis a estar 100% seguro de que había terminado la carrera y continuó acelerando una vuelta más… La historia lo premiaría a fin de año en una definición infartante de la que se recuerda, particularmente, las chances cedidas por José María López y su Torino.
El regreso tras dos años al coliseo porteño, que se presentará remozado por las recientes obras de actualización, despertó gran interés. Se esperan tribunas colmadas el 19 y 20 de agosto para conocer a los 12 clasificados a la Copa de Oro, lo mismo que la instancia equivalente al TC Pista y su Copa de Plata.
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